Entender la diferencia: alimentos liofilizados frente a deshidratados

Existe la idea errónea de que los términos “alimento deshidratado” y “alimento liofilizado” son idénticos, pero no es así. Conocer la diferencia es útil a la hora de decidir cómo almacenar y conservar alimentos para tu familia.

Historia de los alimentos desecados

Con cualquier tipo de conservación de alimentos a largo plazo, hay que eliminar la humedad de los alimentos. Las civilizaciones antiguas lo descubrieron y desarrollaron los primeros sistemas de secado de alimentos que seguimos utilizando hoy en día.

Se dice que la deshidratación se practica desde el 12.000 a.C. Los romanos y otros pueblos de Oriente Medio secaban frutas y verduras en “secaderos”, utilizando fuego para secar y ahumar los alimentos.

En comparación, la liofilización es un proceso relativamente moderno, que se utilizó eficazmente por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial como medio de conservar el plasma sanguíneo, los medicamentos y, finalmente, los alimentos para las tropas.

Historia de la liofilización

La diferencia entre deshidratación y liofilización El principal objetivo de la conservación de los alimentos es eliminar la humedad para que no se descompongan ni desarrollen bacterias y moho. Hacerlo sin destruir la composición básica del alimento aumenta tanto su vida útil como su valor nutritivo.

La deshidratación en deshidratadores mal construidos elimina alrededor del 70% del agua. En esta situación, la comida sólo sirve para unos meses. La liofilización casera con Harvest Right elimina el 99% del agua. La mayoría de los productos deshidratados caseros, como la fruta, la carne y las verduras deshidratadas, tienen una caducidad de un año o menos. Los mismos alimentos conservados en una liofilizadora tienen una vida útil de 15 a 25 años.

Tabla comparativa

Liofilización vs Deshidratación

¿Cuál es la mejor forma de conservar los alimentos?

Los alimentos liofilizados suelen conservar el 97% de su valor nutritivo debido al proceso de “frío y vacío” utilizado para extraer el agua. Mientras que el valor nutritivo de los alimentos deshidratados suele rondar el 60% del de los alimentos frescos equivalentes. Esta pérdida se debe en gran parte al calor utilizado durante la deshidratación, que descompone las vitaminas y minerales de los alimentos.

Un aspecto interesante de la liofilización es que no cambia ni el aspecto ni el sabor de los alimentos. Si liofilizas una cena de pavo compuesta por grandes lonchas de pavo, puré de patatas, salsa, relleno y maíz, cuando esté rehidratada y lista para comer, sabrá como si acabaras de preparar la cena. Es maravilloso. Y eso podría ser 10 años después de liofilizar la comida.

Otra diferencia es el peso. Los alimentos liofilizados pesan mucho menos que los deshidratados, por lo que son más fáciles de transportar y almacenar. Esto es especialmente importante cuando vas de acampada o de excursión.

¿Por qué elegir la liofilización?

Quizá el mejor argumento a favor de la liofilización sea la variedad. Casi todos los alimentos pueden liofilizarse para su conservación y almacenamiento. Carne, fruta, verdura, postres, incluso comidas completas. Y las comidas, carnes, productos lácteos, huevos y verduras liofilizados se rehidratan rápidamente, a veces casi al instante.

Puedes liofilizar el requesón y almacenarlo sin refrigeración, y también la nata agria. ¿Huevos revueltos con queso? No hay ningún problema. La liofilización es la mejor forma de conservar y almacenar productos lácteos y huevos. Es muy difícil deshidratar estos alimentos.

Los alimentos liofilizados se rehidratan más rápidamente y también conservan su forma, textura y color originales. Se puede liofilizar una variedad mucho mayor de alimentos que deshidratarlos.